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¿A qué llamamos Economía Creativa?

Actualizado: 23 oct 2018


Photo by Chris Knight on Unsplash

“…la obtención de resultados positivos en un proceso de manufactura de gran escala es relativamente fácil y, por ende, poco valiosa. La obtención de buenos resultados en un proceso creativo es relativamente difícil y, por lo tanto, muy valiosa. Durante buena parte de la historia de la humanidad, el ingrediente vital de las economías fue el sudor: la mano de obra. En la era industrial del último siglo y medio, fue el dinero: el capital. En la era de la información del siglo XXI es el talento, la imaginación, la habilidad, el conocimiento: la creatividad” Newbigin (2016, p.16)

Ultimamente, especialmente en Paraguay, escuchamos hablar mucho de la economía creativa o economía naranja (personalmente, voy a utilizar el término economía creativa que se utiliza a nivel global) pero como todo término nuevo es un poco difícil de comprender. En este blog, me gustaría contarles un poco de donde viene y sobre todo por qué hoy es el foco en muchos gobiernos para el crecimiento económico.


La economía creativa viene del intercambio económico de los bienes culturales, es decir de lo que se crea en lo que llamamos las industrias creativas. Siempre existió la creación de bienes culturales, lo que sucedió es que con el avance de la tecnología esto adquirió mayor alcance a nivel global y el intercambio se volvió mas fácil. Pero hay que aclarar que la actividad cultural nunca fue parte del debate económico ya que esto era algo que la gente hacía o participaba en sus ratos libres y no era tan vista como un trabajo.


“Las ideas con valor expresivo… crean nuevos puntos de vista, deleites, experiencias; construyen conocimiento, estimulan las emociones y enriquecen nuestras vidas” - Will Hutton (Staying Ahead: The economic performance of the UK’s creative industries, 2008)

Newbigin (2010) afirma que las industrias creativas están en constante cambio y movimiento, por lo cual es imposible medirlas y definirlas como cualquier otro sector económico. Muchos trabajadores de esta economía no sienten incluso que pertenecen a una “industria”. Pero estas industrias mueven mucho dinero como lo demuestran el cine, el software y la publicidad, entre otros.


Pero lo que la hace diferente es el centro de su manufactura, la creatividad. Algunas de las grandes preocupaciones globales se basan en la posible escasez de recursos naturales y la contaminación del ambiente. Las industrias creativas tienen, a diferencia de los demás sectores de la economía, la ventaja de crear valor a partir de la nada, solo de ideas. Y las ideas son un recurso que no se agotará. Hay que aclarar que las industrias como la moda o publicidad si utilizan recursos naturales pero su impacto es mucho menor que la ganadería o el petróleo.


En 1994, el gobierno Australiano, publicó un documento titulado Creative Nation (Nación Creativa) donde ya hablaba de una política cultural como parte importante de la economía de un país. Pero es en 1997, cuando el Reino Unido se vuelve precursor de la economía creativa comprometiéndose a incentivar y apoyar a las industrias creativas reconociendo su valor en el marco de la economía a la par que otras industrias mas establecidas.


Es así que el Reino Unido realizó en 1998 el primer mapa de las industrias creativas, sus sectores económicos, impacto y trabajadores. A partir de esta iniciativa otros gobiernos tomaron conciencia de su impacto y se ha convertido a lo largo de los años en motor de lo que conocemos hoy como economía creativa y foco de muchos gobiernos alrededor del mundo.


Personalmente, creo que la economía creativa ganó importancia y demostró su impacto debido a su capacidad innata de adaptación y cambio constante. Algo que en muchas otras industrias es algo más lento o complicado. Las industrias creativas adoptaron a la tecnología (y su crecimiento continuo) como algo positivo, incluyéndola en los diferentes sectores y así creando más trabajo. Vimos como la industria musical se adaptó a un nuevo modelo de negocios luego del intercambio ilegal de canciones que provocó Internet, como los museos utilizan la tecnología para dar mas valor a sus exhibiciones y ni hablar del audiovisual, donde la tecnología permitió crear contenido a bajo costo y al alcance de todos.


John Howkins es uno de los primeros autores que investigó y trató de definir a la economía creativa. En su libro Creative Economy (2002) describe a la economía creativa como “un sistema para la producción, intercambio y utilización de productos creativos”.


Howkins calcula el valor del mercado de la economía creativa mirando el costo y el número de transacciones realizadas. En ciertas industrias la copia es lo esencial del mercado como sucede en la moda, la música o el software. Y en otros como las artes visuales el objeto principal o experiencia es lo mas preciado. Aún así es difícil medir a estas industrias porque cada una es compleja y posee un proceso distinto en sí mismo, especialmente en el proceso de transacción.

“El intercambio de ideas tiene un bajo costo de recursos y bajo costo transacciones así como un rápido modo de transacción” John Howkins

También es necesario destacar (aunque para hablar en profundidad necesitaríamos otro post) que las industrias creativas se basan en su poder de propiedad intelectual y muchas formas de transacción vienen de la explotación del copyright de las obras.


Además, la principal diferencia de la economía creativa es que no solo abarca a los artistas de las industrias creativas en sí. De acuerdo al British Council, la economía creativa está conformada de tres maneras:

  1. Artistas especialistas y artistas creativos profesionales en las industrias creativas.

  2. Equipo de soporte (managers, administrativos, contadores, etc) en las industrias creativas.

  3. Individuales creativos insertos en otros sectores que no tienen que ver con las industrias creativas.


Howkins afirma que la economía creativa está mostrando una sociedad donde tenemos un retorno de bienes que crece cada vez mas con recursos infinitos basado en las ideas y las personas que las usan para generar nuevos productos y transacciones.


En Paraguay, tenemos actualmente el proyecto Economías Creativas puesto en marcha por el BID/FOMIN a través del CIRD. Lo que se busca con este proyecto es tratar que en la agenda del país se tengan en cuenta a estas industrias buscando generar políticas públicas y acciones que las impulsen. En el marco de este proyecto ya se otorgaron bonos para que empresas desarrollen nuevos productos o servicios que generen valor agregado.


Entonces, ¿cómo afecta la economía creativa en el país precursor del término? De acuerdo a un estudio de Nesta (Fondo Nacional para la Ciencia, Tecnología y las Artes del Reino Unido) el empleo en la economía creativa creció un 11%, el doble mas rápido que cualquier otro sector en el Reino Unido. Si sigue creciendo al mismo ritmo, los expertos estiman que la economía creativa podría generar alrededor un millón de empleos para el 2030.


Si podemos generar impacto a través de nuestro recurso ilimitado: las ideas, ¿por qué no intentarlo?


“La gente que tiene ideas es ahora mas poderosa que la gente que trabaja las máquinas y, en muchos casos, que los dueños de las mismas” John Howkins (The Creative Economy)

Si quieren leer un poco mas sobre la economía creativa, les dejo unos links y libros a continuación.

 

Referencias:


BOP Consulting (2010). Mapping the Creative Industries: A Toolkit. London: The British Council.

Davies, R. (2013). Introducing the creative industries: From theory to practice. Thousand Oaks, CA: Sage Publications.


DCMS (1998) Creative Industries Mapping Document. London: DCMS. Revised 2001


DGEEC (2009). Clasificación Nacional de Actividades Económicas del Paraguay. Fernando de la Mora.


Economía Naranja Fuerza Creativa (2018) El Proyecto. Available at: http://www.cird.org.py/econaranja/el-proyecto/


Economics, O., and Council, B. (2014). The economic impact of the creative industries in the Americas. London: British Council.


Florida, R. (2012). The rise of the creative class - Revisited. New York: Basic Books.


Henry, J. (2006). Creative Management and Development. London: SAGE Publications, Limited.


Howkins, J. (2002). The creative economy - How people make money from ideas. London: Penguin.

Newbigin (2010) La Economía Creativa Una Guía Introductoria. London: British Council https://drive.google.com/file/d/0B8wtUgINuDMWNUxVZ05QSW1zSFNhNnFaOXc4dmZfa04wcm5j/view


Pratt, A., and Jeffcutt, P. (2009). Creativity, innovation and the cultural economy. London; New York: Routledge.



Zamorano, M. M., Rius Ulldemolins, J., and Klein, R. (2014). ‘¿Hacia un modelo sudamericano de política cultural? Singularidades y convergencias en Uruguay, Paraguay y Chile en el siglo XXI’, European Review of Latin American and Caribbean Studies, 96, pp. 5–34. doi: http://doi.org/10.18352/erlacs.9466


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